Las fiestas murcianas que recomienda Nina Epton en su libro son dos: elAuto de Reyes Magos en Churra y la procesión de los Salzillos. Y de esta última, lo que más sorprendió a la escritora fue el paso de la Última Cena y los manjares que adornaban su mesa.
Dice Nina Epton, que la Última Cena pesa cerca de las 2000 libras, que es portado por 26 nazarenos y que en esta procesión participan más de 12 mil penitentes (bueno, exagerado número hasta para los “moraos” de Salzillo…)
La descripción de la mesa de la Última Cena, no recorta en detalles:
“Un plato y un cubierto de plata se colocan delante de cada apóstol y una servilleta de encaje con un panecillo envuelto en su centro se sitúa delante de Cristo. Ante Él hay un cáliz y, un poco más alejado, una bandeja con un cordero asado y sin piel que siempre pesa 38 libras, aproximadamente. Hay también un plato con tres grandes pescados cocinados previamente, pan, miel, cuatro lechugas y gran variedad de frutos, todos productos de la huerta. Un resplandeciente espectáculo de higos chumbos, melones, sandías, uvas, peras, manzanas, olivas verdes y negras, pimientos y tomates… yo misma oí a un extranjero observar: “todo ese alimento parece real…” y es que era y lo es siempre, real”
No fue la única, la escritora Nina Epton, la que se maravilló de los productos naturales de la procesión de los Salzillos. La crónica que escribió el inglés George Alexandre Hoskins no se recata a la hora de mencionar:
“las viandas de la mesa de la Cena, el olivo del Prendimiento, la palmera de la Oración con sus dátiles, las flores, las espigas… todo naturales”
Fuente: Murcia desde lejos. Nuevo viaje por los viajes de Murcia. José Mariano González Vidal.
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